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En esta sección, como no podría ser de otra manera, publicaré todas las semanas artículos que considero de interés, ya sea sobre mis obras, sobre curiosidades de la antigua Roma, eventos a los que asisto o cualquier opinión o consideración que me apetezca plasmar y que pueda resultaros atractiva o de alguna utilidad. Es un compromiso que me impongo sine qua non, así que prometo estar aquí todas las semanas dando el callo. De verdad que espero que sea de vuestro agrado y ante todo, que no faltéis a la cita.

Blog de Mario Vicente Miguel

Por Mario Vicente Miguel 20 de mayo de 2022
Me complace compartir con vosotros la entrevista que he realizado esta semana para Clara Ibeas , más conocida en Instagram como bookstagramer_1 , una cuenta en la que Clara realiza críticas y recomendaciones literarias y en la que hace aproximadamente un mes, publicó una crítica muy positiva de la primera parte de mi saga "Las Guerras Cimbrias: Que Los Dioses Te Guarden - Certa Ratio". Ha sido un inmenso placer compartir ese rato con Clara, que ha sabido comprimir en seis preguntas muy certeras algunos de los aspectos más importantes de la novela, así como de mis gustos y técnicas de escritura. No dudéis en visitar su cuenta, no os arrepentiréis. Y sin más dilación, os dejo con la entrevista.  Espero que la disfrutéis.
Por Mario Vicente Miguel 27 de marzo de 2022
Con motivo de mi visita a la ciudad de Baelo Claudia allá por el mes de junio del año pasado y aprovechando recientes descubrimientos acerca de los motivos de su abandono definitivo por parte de los habitantes, algo que, hasta ahora, resultaba en parte un misterio, aprovecho para publicar este artículo que espero, os resulte de interés. Pero antes de entrar en los hallazgos arqueológicos realizados a principios de este mes de marzo, hablemos de la urbe, su estratégica ubicación e importancia económica y de su historia. ENTRE EL MAR Y LA TIERRA Baelo Claudia se localiza en una ensenada del litoral suratlántico gaditano, en pleno Estrecho de Gibraltar y delimitada por los cabos de Paloma y Camarinal. Esta pequeña bahía está rodeada por las elevaciones de la Loma de San Bartolomé al este y las sierras de la Higuera y de la Plata al oeste, que cierran el paso hacia el interior, al que solo se accede por el denominado Puerto de Bolonia. La riqueza pesquera del Estrecho facilitó desde fechas tempranas el asentamiento de poblaciones en sus costas para la explotación de los recursos del mar. De la misma manera, el descubrimiento y la práctica de la navegación permitieron la comunicación entre sus dos orillas. El entorno terrestre de Baelo, constituido por sierras litorales y acantilados con pequeñas calas aptas para el resguardo de embarcaciones, pertenece al Parque Natural del Estrecho, cuyas casi 20.000 hectáreas dibujan una franja costera de más de 60 kilómetros de longitud que se extienden entre los términos municipales de Algeciras y Tarifa. Por su parte, el ámbito marino encierra el área situada una milla mar adentro entre el Cabo de Gracia y la Punta de San García. En el Estrecho encontramos gran variedad de especies marinas permanentes y migratorias, destacando el atún, que lo cruza dos veces al año para realizar su desove en el Mediterráneo y volver al Atlántico. La explotación de los recursos agropecuarios y forestales ha sido también significativa, y aunque no dispongamos de información arqueológica suficiente, así parece indicarlo el que en las acuñaciones de Baelo aparezcan junto a los peces elementos como la espiga de trigo o la vaca. HISTORIA DE LA CIUDAD A finales del siglo III a.C. el ejército romano desembarcó en las costas de la Península Ibérica para frenar el avance de los cartagineses, con los que se disputaban el dominio del Mediterráneo Occidental. La victoria romana en el 206 a.C. en la batalla de Ilipa (la actual localidad sevillana de Alcalá del Río), supuso el final de la Segunda Guerra Púnica y la expulsión definitiva de los cartagineses de Hispania. Ese mismo año, con la firma de un pacto o foedus , la Gadir fenicio-púnica (la actual Cádiz) abrió sus puertas a los ejércitos romanos, manteniendo su organización administrativa a cambio de contraprestaciones económicas y de un compromiso de alianza. Su estatus de ciudad federada, la eximía de pagar el stipendium y le permitía mantener sus costumbres, instituciones e idiosincrasia particular, así como su capacidad para legislar, acuñar moneda y comerciar con entera libertad. Desde estos momentos, la acción de Roma fue imparable y aunque tuvo que vencer la resistencia de numerosos pueblos, consiguió su propósito tras doblegar a cántabros y astures. Durante el reinado de Augusto, en el 19 a.C., se inició un periodo de paz, la Pax Augusta, que significó la integración plena de Hispania en la órbita romana. La situación geográfica de Baelo Claudia es la causa decisiva de su desarrollo: tanto por su cercanía a la costa norteafricana (junto a la que se erige como centro de intercambio de mercancías con la Península) como por su proximidad al Estrecho y al flujo migratorio de atunes que se desplazan cada año hacia el Mediterráneo, origen de su poderosa industria conservera. El alto grado de romanización de la ciudad y su desarrollo urbano hicieron posible desde fechas muy tempranas su rápida incorporación a la organización jurídico-administrativa de Roma. Para articular mejor el control, Hispania fue dividida en varias provincias, divididas a su vez desde época de Augusto en conventus , que estaban integrados por ciudades, unidades fundamentales en la vida político-administrativa y núcleos donde se desarrollaba la actividad económica, política y religiosa de la comunidad, y donde se localizaba el centro de gobierno y los intercambios. Baelo Claudia, formaba parte de la provincia Bética, que estaba dividida a su vez en cuatro conventos jurídicos, cuyas capitales eran Corduba (Córdoba), Astigi (Écija), Hispalis (Sevilla) y Gades (Cádiz). La actual provincia de Cádiz era una parte de la circunscripción administrativa del conventus gaditanus , que abarcaba la mayor parte de la zona costera de la provincia de la Bética. Además de la capital del convento, Gades, sus núcleos de población más importantes fueron Abdera (Adra), Sexi (Almuñécar), Malaca (Málaga) o Hasta Regia (cerca de Jerez de la Frontera). La ciudad de Baelo Claudia era el centro religioso y administrativo de un territorio que en la costa se extendía por el oeste hasta Baesipo (Barbate) y por el este hasta Mellaria. Por el interior la influencia de Baelo debía ser mayor, ya que las ciudades más próximas como Asido (Medina Sidonia) o Lascuta (en las proximidades de Alcalá de los Gazules) se encontraban bastante alejadas. La interconexión del territorio del conventus gaditanus estuvo articulada por toda una red viaria hoy bien conocida. Dos de las puertas de Baelo daban paso a la vía de la costa. De la puerta este partía la calzada que la unía con Carteia, y de la oeste, el tramo que conducía a Gades. Sin embargo, Baelo fue ante todo una zona portuaria, por lo que las vías marítimas constituyeron el principal cauce de sus intercambios comerciales. Son muchos los testimonios de sus relaciones con ciudades norteafricanas, principalmente con Tingis (Tánger), de donde procedían los ladrillos con los que se construyeron sus termas. Los datos suministrados por las investigaciones arqueológicas en el área de la factoría de salazones y los hallazgos numismáticos parecen confirmar que la ciudad de Bailo (nombre que aparece en las monedas) se habría fundado hacia finales del siglo II a.C.. Sin embargo, pese a las numerosas excavaciones realizadas en el espacio urbano de Baelo, nunca han aparecido restos arqueológicos precedentes a la conquista romana. Esto nos lleva a considerar la posibilidad de que los antecedentes de la población de Baelo haya que buscarlos en sus alrededores. Uno de estos enclaves entre otros posibles podría ser el denominado Silla del Papa. Este núcleo, instalado en la parte más alta de la Sierra de la Plata, presenta un emplazamiento idóneo para controlar el acceso a la salida occidental del Estrecho, la llanura hacia la laguna de la Janda y las propias ensenadas de Bolonia, Zahara y Valdevaqueros. Es un emplazamiento tipo oppidum , que estaría ocupado al menos hasta mediados del siglo I a.C. Sería probablemente entonces cuando el asentamiento industrial de la Ensenada de Bolonia se ampliase por necesidades de producción hasta alcanzar los límites de la ciudad que posteriormente encontramos plenamente configurada a mediados del siglo I d.C., cuando Baelo adquiere el rango de municipio romano. LO QUE LOS INVESTIGADORES HAN DESCUBIERTO La ciudad sufrió a finales del siglo IV d.C. un tsunami con olas de más de cinco metros de altura que devastaron una parte importante de este enclave, que, a partir de entonces, no pudo recuperar su antiguo esplendor. Un amplio equipo de investigadores de diversas universidades e instituciones, liderados por Pablo Silva, catedrático de geología de la Universidad de Salamanca, ha estudiado desde 2005 indicios en las ruinas que parecían indicar que el enclave sufrió un fenómeno sismológico importante, que contribuyó a su definitivo ocaso. "Vimos que había cosas raras que no se podían explicar por una causa normal", explica a EFE Pablo Silva. Entre otras señales, unos suelos arcillosos de color oscuro y sedimentos marinos que la gran ola dejó en cotas altas, han permitido, con las nuevas tecnologías de la arqueosismología, confirmar que la ciudad romana sufrió un importante tsunami que destruyó y anegó sus zonas más cercanas al mar. La dimensión de la gran ola ha podido ser intuida por la distancia a la que llegaron los sedimentos marinos que dejó tierra adentro y su fecha, precisada, entre los años 365 y 395, porque fueron los años en los que se usó una moneda con fecha de acuñación que fue hallada en la excavación arqueológica de un mausoleo que fue destruido también por el tsunami. Este tsunami se produjo tres siglos después de que la ciudad sufriera, entre los años 40 y 60 d.C. (doscientos años después de su fundación) un terremoto que la afectó gravemente, en una época en la que la villa romana experimentaba una gran prosperidad, gracias a sus preciadas factorías de salazones y de la fabricación de la conocida y apreciada en todo el imperio salsa garum y al comercio que le permitía su geoestratégica situación. En esa etapa de esplendor, la destrucción causada por el terremoto fue tomada como una oportunidad para reconstruirla bajo los cánones monumentales de una de ciudad romana, así que fue el momento en el que se construyeron el teatro, el foro, templos, murallas, termas, acueductos y una gran avenida, entre otros edificios. Cuando se produjo un segundo terremoto sucedido del tsunami, la villa vivía ya en el último periodo de decadencia del imperio romano, un momento en el que "no habría mucho dinero para reconstruir", cuenta el investigador. LA VIDA EN BAELO CLAUDIA TRAS EL TSUNAMI "Nadie se preocupó en reedificar aquello, la destrucción debió de ser muy grande" y Baelo Claudia pasó a ser ocupado por un pequeño pueblo cuyas casas se instalaron sin orden encima de las ruinas de las cotas más altas, que no fueron tan dañadas. "La vida continua allí a otro nivel. El abandono definitivo se debe sin duda a la invasión bereber del norte de África, en el 711", explica a EFE Iván García Jiménez, arqueólogo del Área de Investigación y Conservación del Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Los restos de la ciudad romana lograron conservarse porque fueron cubiertos por las dunas de arena, de la misma forma que han estado hasta el año pasado, cuando fueron descubiertos, otros importantes restos de época romana en la cercana costa de Caños de Meca, entre ellos unas termas en un excepcional estado. Desde 1907 las excavaciones y hallazgos en Baelo Claudia continúan, ayudados por nuevas tecnologías como la arqueosismología, con lo que siguen saliendo a la luz los avatares que ha sufrido a lo largo de la historia, incluso que sus ruinas fueron afectadas por el terremoto de Lisboa de 1755. Aquel terremoto se originó en otra factura tectónica, distinta a la que se intuye que originó la que causó el tsunami que asoló Baelo Claudia en el siglo IV d.C. "No la tenemos identificada claramente, sabemos que ocurrió en el mar hacia el suroeste del emplazamiento de la ciudad. En 2009 un buque alemán que realizó una campaña de geofísica marina en la zona identificó unas fallas", explica Pablo Silva. Fuentes : Museo del Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, Diario de Cádiz, 7 de marzo de 2022 Sólo puedo ya animaros a que visitéis esta maravillosa ciudad, increíblemente conservada y cuyo encanto radica, además de en lo magníficamente que se puede apreciar la planificación urbanística romana en todo su esplendor, en su emplazamiento singular, con el mar a la vista desde todos sus puntos. Una belleza de otra era que no podéis perderos. Otro motivo a tener en cuenta es su excelente museo y la señalización y explicaciones a través de placas de todas las localizaciones, situadas estratégicamente para que el visitante comprenda a la perfección cada construcción y se ubique en el plano general. En todo caso, si mis palabras no son suficiente para espolearos, os dejo una galería de imágenes de mi visita que espero que disfrutéis.
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